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El
jueves dimos por terminada la lectura de Plata quemada, novela coral
magistralmente escrita que nos mueve a
la reflexión desde la cita con la que se abre la novela hasta la última palabra del epílogo. El pasado jueves pudimos pensar que además de los criminales obvios de la trama
hay un mar de fondo donde policía, políticos, médicos, instituciones
penitenciarias, colegios, hospicios, reformatorios y la propia sociedad son un magma humano que agiganta el mapa de la criminalidad,superando y redimiendo a los protagonistas, por ser altamente corruptos e
hipócritas. Al final veíamos cómo en manos de Piglia el Gaucho Dorda se
convierte en un héroe que contra todo
pronóstico –todos en su infancia le decían “vos vas a acabar mal”- en aquella orgía de sangre en la que se
convierte la ratonera de Montevideo puede decir: “-Vos vas a terminar mal. Es
decir muerto de un tiro, herido por la espalda, traicionado, y sin embargo
había terminado bien, entero, sin traicionar a nadie, sin dar el brazo a
torcer. “ El gaucho Dorda se inscribe así en la tradición de la literatura argentina del gaucho que desde los límites de la marginalidad enfrenta a la autoridad déspota y criminal.
Justo
antes de comenzar su final Piglia nos muestra le esencia trágica de la banda de
Malito, “(ésta, la esencia trágica) se alimenta con la certidumbre de que cada victoria lograda en estas condiciones
imposibles aumenta la capacidad de resistencia, los vuelve veloces y más
fuertes. “ Al hilo de estas palabras me vino a
la memoria otro ejemplo de resistencia en condiciones sino imposibles verdaderamente difíciles y duras . Adjunto vídeo
titulado La sorpresa. Ustedes dirán.