sábado, 30 de noviembre de 2013

Fe liz Día de las Librerías

          Una entrada breve para celebrar en este ambiente prenavideño el día de las librerías. Este es el tercer año consecutivo que se celebra en España este día dedicado a un sector que arrastra demasiadas pérdidas provocando la desaparición en nuestra geografía de librerías carismáticas unas, pero todas necesarias. Repasando la publicidad en torno a esta celebración me he encontrado con esta que me ha hecho sonreír desde ayer. Hace realidad la sentencia popular que nos recomienda que al mal tiempo le plantemos buena cara.  Hay otro anuncio salido de la misma campaña que con mucha sorna nos "recuerda" que también hemos leído por encima de nuestras posibilidades provocando gran descalabro. Hagamos frente a estos momentos tan amargos donde la corrupción y la falta de escrúpulos no han dejado títere con cabeza entrando a una librería, a poder ser de las de siempre, y compremos uno o varios ejemplares intentando que  los profesionales del libro no quiebren.
Crédito de imagen



       Os añado, como prometí hace ya algunas entradas, otro podcast de mis programas de radio favoritos. Sigue siendo de Radio 3, pero en esta ocasión el programa es La Líbelula y Juan Suárez en el blog del programa lo presenta así: "El día que aún está por despuntar va a ser una jornada de celebración para los amantes de la lectura. Día de las Librerías han querido llamarlo, aunque se va a notar sobre todo por la noche, ya que estos establecimientos abrirán hasta las 22:00 hrs… LaLiBéLuLa, que no entiende demasiado, se ha puesto frenética y no piensa dar descanso a sus alas hasta que la oscuridad la saque de esos establecimientos… ¡Venga, Libélula! "¡Entra, estás en casa!"



domingo, 24 de noviembre de 2013

Detectives en un caso de escritores asesinos

Crédito de imagen
 Dice Patricia de Souza , escritora peruana, en el Babelia de este fin de semana que escribir plantea el reto de enfrentar  la representación no sólo de la historia de uno mismo sino también de la de su país. El reto se inscribe entre las ganas de liberarse de una realidad pesada " de un país en quiebra, de golpes y militares" y la necesidad de no dejar borrar la memoria de personas desesperadamente vivas. La literatura  se sitúa ante  la encrucijada de apartarse de la realidad o de ser grito de rebeldía quizás liberador.

    Estamos leyendo estos días  El círculo de los escritores asesinos del también peruano Diego Trelles Paz, y cuando intentamos desentrañar parte de la plurisignificación textual  aparece ante nuestros ojos  un universo donde la joven intelectualidad  limeña puebla sus días y noches de una pasión y culto desbordantes por  la literatura, la escritura,  el cine,  la música  llegando a recordarnos aquellas experiencias protagonizadas por primeras figuras del mundo del arte de finales del XIX y principios del XX en París, pero estos jóvenes no están en "la capital del mundo" sino sobre un fondo tenebroso donde asoman sincopadamente las alargadas sombras de las personalidades más siniestras que tejieron la vida pública de los peruanos.  Aunque Trelles nos sirve pequeñas pinceladas de transfondo político, el tono del libro no es pesimista, amargo, todo lo contrario, para mí su lectura es excitante  y los guiños al lector muy frecuentes. El poder de la palabra, la literatura como forma de "salvar la vida" -qué divertido el doble sentido con que nos lo cuenta Ganivet- la reivindicación de la escritura como pulsión vital logran atenuar  el fondo político y social que el lector que ha leído y ha oído contar historias sabe entender para poder ejercer de detective en esta novela como nos indica Roncagliolo en el prólogo.

       ¿Realidad o literatura? En esta obra ambas cosas. La cita de Rimbaud que da paso a los manuscritos de los "asesinos" procede de su última obra Una temporada en el infierno y en concreto de la parte titulada Mala sangre donde el poeta maldito cuenta cómo su naturaleza lujuriosa, mentirosa, apática procede de su ascendencia gala y cómo de ella no se puede liberar. Toda una declaración de intenciones el elegir esta cita ¿no? Por no seguir hablando de los nombres de autores españoles que sirven para enmascarar la verdadera identidad de estos amigos, escritores que encontraron demasiado pronto su fin provocado de forma directa o indirecta por el lamentable estado de su país, España: Ganivet, Larra y Sawa.

       ¿Realidad y literatura? Estas son las palabras que en la propia novela, somos grandes detectives ysabemos que no es un documento testimonial, Jonás le dice a Ganivet  con respecto a este asunto al que le estamos dando vueltas: "¡Las palabras, Roque, las palabras! Y gracias a ellas, el único y supremo poder del ser humano que no es otro que la posibilidad de inventar, de cambiar la realidad y explicar el absurdo cotidiano con magia. La ficción, Roque, es el verdadero pulmón de nuestra existencia. (...) Es muy probable que ,si muere aquí adentro, su historia quede como una anécdota curiosa y se disipe en unos pocos meses. Pero usted tiene un arma valiosa. Roque: es un escritor, puede manejar las palabras, construir ficciones que se inscriban para siempre en el imaginario colectivo. Tiene el poder en sus manos."" (página 59-60 de la edición de Candaya)

          Seguiremos hablando del libro. Os dejo con un vídeo del autor leyendo un fragmento del libro: el que cuenta la historia del escritor peruano Oliva que se suicidó "toreando" coches. Aclara que es verdad y no ciencia ficción. Y también os dejo la dirección de su blog que es una auténtica delicia.




domingo, 10 de noviembre de 2013

La sorpresa y la banda de Malito

Crédito de imagen
       El jueves dimos por terminada la lectura de Plata quemada, novela coral magistralmente escrita que nos mueve  a la reflexión desde la cita con la que se abre la novela hasta la última palabra del epílogo. El pasado jueves pudimos pensar que además de los criminales obvios de la trama hay un mar de fondo donde policía, políticos, médicos, instituciones penitenciarias, colegios, hospicios, reformatorios y la propia sociedad  son un magma humano que agiganta el mapa de la criminalidad,superando y redimiendo a los protagonistas,  por ser altamente corruptos e hipócritas. Al final veíamos cómo en manos de Piglia el Gaucho Dorda se convierte  en un héroe que contra todo pronóstico –todos en su infancia le decían “vos vas a acabar mal”-  en aquella orgía de sangre en la que se convierte la ratonera de Montevideo puede decir: “-Vos vas a terminar mal. Es decir muerto de un tiro, herido por la espalda, traicionado, y sin embargo había terminado bien, entero, sin traicionar a nadie, sin dar el brazo a torcer. “ El gaucho Dorda se inscribe así en la tradición de la literatura argentina del gaucho que desde los límites de la marginalidad  enfrenta a la autoridad déspota y criminal.

       Justo antes de comenzar su final Piglia nos muestra le esencia trágica de la banda de Malito, “(ésta, la esencia trágica) se alimenta con la certidumbre de que  cada victoria lograda en estas condiciones imposibles aumenta la capacidad de resistencia, los vuelve veloces y más fuertes. “ Al hilo de estas palabras me vino a la memoria otro ejemplo de resistencia en condiciones sino imposibles verdaderamente difíciles y duras . Adjunto vídeo titulado La sorpresa. Ustedes dirán.


sábado, 2 de noviembre de 2013

Para que podamos saber de qué nos habla el autor


Crédito de imagen
      Seguimos pensando en la novela Plata quemada, tragedia moderna situada en la Argentina de mediados del siglo XX. Los dos  protagonistas, los mellizos, aquel par de tipos inseparables "que ni son hermanos, ni son parecidos" son elevados al rango de héroes ya que  deciden enfrentar lo imposible resistiendo  y eligiendo la muerte como destino. Quizás se  pueda pensar qué clase de héroes son estos dos seres absolutamente violentos, homosexuales  que se pasan el día drogándose y a los que no les tiembla el pulso a la hora de decidir matar y matar a agentes de la ley que los buscan desde el día en el que cometieron aquel atraco en Buenos Aires también bañado en sangre. Desde luego no son héroes al estilo clásico, no son ejemplares porque la sociedad de donde surgen tiene muy poco de ejemplar.Esta es la piedra angular de la novela. En la página 14 (Anagrama) Piglia nos informa que "Malito era el jefe y había hecho los planes y había armado los contactos con los políticos y los canas (policías) que le habían pasado los datos, los planos, los detalles y a quienes tenían que entregarles la mitad del paquete." Este golpe se fragua en las manos de políticos y policías que necesitan de unos tipos muy bragados para dar el golpe y para dar la cara. En las últimas páginas, cuando la policía los sitia en Montevideo y ya no queda vivo más que el Gaucho Dorda, sabemos que éste  es encarcelado, y en la página 222-3 sabemos de su final: "Por su parte, el Gaucho Dorda se recuperó de las heridas y fue extraditado a Buenos Aires y murió al año siguiente, asesinado durante una rebelión de presos en la cárcel de Caseros ( según parece, ejecutado por un infiltrado de la policía)." Se deshacen de la única prueba viva que podría evidenciar  la monstruosidad de un sistema político, policial y judicial radicalmente corrupto.
     
      Enfrentar lo imposible. Parece que todos en la novela, salvo el lector, sabían que las cosas de ir mal iban a ir  trágicamente mal  para ellos. ¿Dónde radica la tragedia? En unos hombres cuyo lugar en el mundo  es imposible desde la adolescencia. El propio Nene Brignone nos cuenta cómo su estancia en la cárcel lo transformó en lo que son: allí se hicieron drogadictos, pendencieros. Allí los violaron. Allí los torturaron. Dice el propio Brignone  "Terminé preso. Y dejé de ver lo que veía de chico. (...) En la cárcel me hice puto, drogadicto, me hice chorro, peronista, timbero... allí te parten el alma... allí te envenenás, te llenás de veneno como si lo respiraras... el odio es lo que te mantiene vivo."  Mientras leo esto recuerdo la serie de documentales que la Sexta emite esta temporada Encarcelados donde Jalis de la Serna y su equipo siguen el rastro de españoles encarcelados en seis países de Hispanoamérica.


 Sólo viendo los documentales podemos llegar a vislumbrar la realidad tremenda de la que nos habla el Nene Brignone: presos que deben consumir droga para soportar la extrema violencia  que impera en ese infierno, que reciben palizas y torturas diarias. Cárceles que convierten a hombre y mujeres en verdaderos despojos humanos (pincha encima de esas dos palabras en color). Adjunto otro vídeo  en un intento de que, aunque no podamos ponernos en la piel de estas personas, al menos seamos testigos oculares de su drama. Piglia no centra la reflexión en la conducta de estos dos héroes modernos, incluso antihéroes, Piglia lo que subraya es la necesidad de una reflexión sobre los valores sociales y sobre la condición humana. Cuestión que abordaremos en una próxima entrada.